jueves, 3 de enero de 2013

Entrevista con Pascal Laugier, director de EL HOMBRE DE LAS SOMBRAS: "No quería que me encasillaran en el cine gore"


Pascal Laugier, director francés de la desgarradora Martyrs (2008), estrena hoy El hombre de las sombras, su primera película rodada íntegramente en inglés y con actores y actrices norteamericanos. Un sorprendente filme que juega con varios géneros de una manera muy inteligente y que presentó en la última edición del Festival de Sitges donde THE BIG KAHUNA tuvo la oportunidad de realizarle una entrevista personal. Aquí la tenéis:
 

1.- Tu anterior película, Martyrs, era una película muy dura donde abundaban las escenas gores y la violencia explícita, en cambio, en El hombre de las sombras, juegas más con el miedo y el efecto que éste provoca a las personas sin mostrar demasiada violencia. ¿Qué es lo que te ha llevado a realizar este cambio visual?

De hecho el gore, la brutalidad y la radicalidad de la violencia no era la finalidad de esta película, por eso, en El hombre de las sombras, el maquillaje, los sonidos o la iluminación son las herramientas que quería utilizar para explicar esta historia. En Martyrs, el gore sí que funcionaba a nivel de narración pero aquí era completamente inútil ya que la idea, como bien has dicho, era totalmente diferente. Además, quiero destacar que Martyrs fue una película que creó debate social precisamente por las escenas de violencia explícita que contenía y no quería que me encasillaran en un mismo tipo de cine, por ello el cambio.

2.- El filme trata un tema tan delicado como es el secuestro de menores. ¿Por qué decidiste tratar este asunto?

Es un tema que siempre me ha fascinado y por ello lo tomo como punto de partida en la película. Quería explorar este “mito moderno” en el que se han convertido las desapariciones de, sobre todo, niños que han estado en paradero desconocido durante muchos años y que nunca más se ha vuelto a saber de ellos. De hecho, estas estadísticas que vemos al principio del filme, son estadísticas reales que me facilitaron unos amigos que tengo trabajando en el FBI y son los datos de millones de niños que nunca han sido encontrados, por lo tanto, creí que era un punto de partida perfecto para crear misterio en una película.

3.- ¿Cuál es el mensaje que quiere dar con El hombre de las sombras? 

No tiene ningún mensaje. De hecho, no me gustan las películas que “te condenan” a un mensaje y tampoco creo que la finalidad del cine sea transmitir un mensaje. No creo que haya una necesidad de formular una pregunta y que siempre se tenga que dar la respuesta a esa pregunta. Tampoco me gusta que un director tenga que mostrar sus convicciones y valorar si esas convicciones son correctas o no ya que no creo que ese sea el verdadero trabajo de un cineasta. Sabía que la temática que estaba abordando en El hombre de las sombras era una temática muy compleja y nunca pretendí decir si lo que yo pienso está bien o está mal. Precisamente quería moverme por una zona gris donde no se explicara todo explícitamente, que hubiera lugar al misterio y al enigma ya que cada día me hago un millón de preguntas y, por ello, no creo que pueda dar respuesta a todas ellas. Lo único que quería conseguir con El hombre de las sombras era confrontar un protagonista y un antagonista para que la gente sacara sus propias conclusiones.

4.- Hacia la mitad de la película hay un giro de guión bastante sorprendente. ¿Hasta qué punto le gusta jugar con el espectador? 

Me encanta jugar con el espectador porque me apasiona esa capacidad que tiene el cine de poder manipular las mentes humanas. La idea de un giro de guión ha de estar justificada y sólo la encuentro justificada cuando ese giro se convierte en la matriz de la película y tiene una coherencia absoluta. No me gustan estos filmes que tienen giros que no acaban de ser honestos con la congruencia narrativa. A mí me gusta llegar a la esencia del cine y hacerme las preguntas básicas del mismo para intentar responderlas con este tipo de giros que, en parte, también tienen que ver con la moral del cine. Creo que esto se ha perdido en el cine contemporáneo de los EEUU, en lo que se refiere a grandes producciones, porque todo esto queda escondido detrás de una pirotecnia, de unos juegos de cámara, de la velocidad narrativa, en definitiva, de las cuestiones más técnicas. Aunque sorprenda, yo vengo de un cine clásico y el cine que yo hago sigue precisamente sus cánones: contar una historia desde diferentes puntos de vista.

5.- ¿Qué cineastas te han influido más en tu manera de hacer cine? 

Son muchísimas las influencias que tengo y como he dicho, el cine clásico de los EEUU me ha marcado mucho a la hora de dirigir. John Ford, Alfred Hitchcock u otros grandes cineastas de aquella época serían un ejemplo. Pero cuando he ido evolucionando como director, me ha influenciado mucho el cine de los años 70: Martin Scorsese, David Cronenberg, Abel Ferrara, John Carpenter, Dario Argento… Todos estos directores han creado unos arquetipos que me han ayudado a hacer las películas que hago actualmente y lo que pretendo con mi cine es hacer perdurar estos arquetipos con los que yo aprendí.

6.- Esta es tu primera película rodada íntegramente en inglés y con actores y actrices norteamericanos pero realizada fuera del circuito de Hollywood, ¿Te ves en un futuro rodando una superproducción Hollywoodiense?

No, no me veo en Hollywood para nada (risas). Cuando rodé Martyrs recibí muchas ofertas para irme allí porque eso es lo que pasa en Hollywood, cuando una película es un éxito rápidamente te vienen a buscar pero las rechacé todas. Creo que Hollywood es ese “ente” muy atractivo donde crees que llegarás y caerás bien a todo el mundo pero, a la vez, es un entorno muy duro. Siempre hago la misma comparación cuando me preguntan sobre esto: Hollywood es como la mujer a quien le das un beso pero cuando menos te lo esperas saca el cuchillo y te lo clava por la espalda (risas). Yo me siento muy europeo, muy francés y mi tipo de cine no encaja mucho con Hollywood, a no ser que me dejen rodar teniendo el control total del filme pero eso creo que es muy difícil de que ocurra.

Con Pascal Laugier en el Festival de Sitges 2012 






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