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Todo
el mundo conoce el cuento de la Blancanieves, el cine mudo acabó hace casi cien
años y, por si fuera poco, el año pasado, en pleno siglo XXI, The artist, una película muda y en
blanco y negro, fue reconocida por crítica y público a nivel internacional
alzándose con el Oscar a la mejor película.
A pesar
de ello, Pablo Berger quiso llevar adelante el proyecto que tenía pensado desde
hace casi ocho años y, finalmente, ha creado su particular adaptación del
popular cuento de los hermanos Grimm. En blanco y negro, muda y en la España
taurina de los años veinte, esta versión de Blancanieves es una oda al cine
mudo y al Cine en mayúsculas.
Obviamente,
las comparaciones con The artist son
inevitables, pero hay que dejar claro que el estar rodadas en blanco y negro y
sin sonido son las únicas similitudes que poseen, en todo lo demás son
películas totalmente distintas. Si The artist
tendía más hacia el espectáculo y mantenía un cierto distanciamiento emocional con
el espectador, Blancanieves es puro
sentimiento y pasión. Además, el homenaje al cine mudo que rendía la francesa
era argumentalmente explícito y lo hacía utilizando el lenguaje cinematográfico
propio del cine sonoro (la mayor parte del filme estaba rodada como si fuera una
película sonora), en cambio, la obra de Berger hace uso del lenguaje
característico del cine silente y su homenaje está implícito en la historia.
Desde
la sobreimpresión de Murnau hasta los Freaks
(1932) de Tod Browning, pasando por los rostros en primerísimo plano de Carl
Theodor Dreyer o Serguéi Eisenstein e,
incluso, la corta y frenética ráfaga de imágenes del canadiense Guy Maddin, Blancanieves
capta el alma del cine al que hace referencia y te traslada de lleno a los años
veinte convirtiéndose, así, en un conmovedor y querido tributo a la cinematografía
muda.
La impoluta y exquisita puesta en escena no impide
advertir el enorme mimo con el que está hecha. La dirección de Berger desprende
amor y cariño en cada fotograma. Maneja el humor, el afecto, la ternura, la
tragedia y el drama con la misma delicadeza que irradia la interpretación de
Macarena García como la inocente Blancanieves.

Una
de las cosas más originales y acertadas que tiene el filme es la imaginativa
adaptación de la famosa fábula a la iconografía taurina y al folclore español
de la época. A pesar de realizar ciertos cambios como el nombre —que no el
apodo— y el estatus de la protagonista, la búsqueda de la fama en lugar de la
belleza de la madrastra o la profesión de los enanos, Berger es fiel al
espíritu y la esencia del cuento a la vez que retrata con atino las costumbres de
la época.
Señoras y señores, vayan al
cine a ver la Blancanieves de Pablo
Berger, una maravilla. Un baile para los sentidos. Prepárense para reír,
llorar, vibrar, enternecerse, apasionarse y dejarse llevar por la magia de una
historia mil veces oída, pero jamás contada de esta manera.
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Ficha Técnica
Título: Blancanieves
Título original: Blancanieves
Dirección: Pablo Berger
Guión: Pablo Berger
País: España
Año: 2012
Duración: 98 min.
Reparto: Maribel Verdú, Ángela Molina, Daniel Giménez Cacho, Inma Cuesta, Macarena García, Josep Maria Pou, Pere Ponce, Ramón Barea, Sofía Oria, Pere Vall, Emilio Gavira, Ignacio Mateos, Carmen Belloch
Distribuidora:
Wanda Visión S.A.
Productora: Arcadia Motion Pictures, Motion Investment Group, Mama Films, Noodles Production, uFilm
Dirección artística: Alain Bainée
Efectos visuales:
Bert Deruyck, Dave Goodbourn, Ferrán Piquer, Francesco Rossi, Francisco
Palomares Pozas, Francisco Porras, James Rose, José Miguel Zapata,
Moisés Cambra, Óscar Perea Marcos, Pedro Lara, Sandra Picher, Sergio
Fernandez
Fotografía: Kiko de la Rica
Maquillaje: Fermín Galán, Jesús Martos, Lola Martínez, Silvie Imbert
Montaje: Fernando Franco
Música: Alfonso Vilallonga
Producción asociada: Sandra Tàpia
Producción ejecutiva: Adrian Politowski, Gilles Waterkeyn, Jeremy Burdek, Nadia Khamlichi
Producción en línea (Bélgica): Stéphane Lhoest
Sonido: Gareth Llewellyn
Tráiler
Al igual que a los toreros ante un buen capeo a un toro de 500kg: OLE! Por capear una de las mejores películas que ha dado el cine español con tanta elegancia y maestría.
ResponderEliminarY gracias por hacerme vibrar con la crítica casi tanto como con la película (y mira que es difícil)!
Felicidades, por tu blog y tu talento!
Estampas curiosas, una mirada diferente, un final desolador.... Hay buen material y hermoso cine en las imágenes de 'Blancanieves' que nos trae Pablo Berger. Aunque no sé si el hecho de que se haya llevado diez Premios Goya en la última edición dice mucho de nuestro cine. Un saludo!!!
ResponderEliminarCurioso. Me deja frío el espectáculo de Blancanieves. Tiene algo de muerto, como si la muerte persiguiera LA PELÍCULA, COMO SI SU FINAL NECRÓFILO SE APODERARA totalmente de la manera de rodar, de la manera de actuar (brillantes pero distantes). Deslumbrante, a veces encorsetada en una planificación tan perfecta como inquisitiva, mostránadonos los gestos de un país que no es mi país, de una tierra que me queda tan lejos como la doliente desventura de Sjöstrom, o la brutal epopeya de Griffith... sin poder reprocharle lo que le reprocharía a la para mí sobrevaloradísima "The artist", hay algo profundamente posmoderno en el diseño de la historia, ese pastiche creativo, esa mirada que busca lo atávico y lo grotesco en las tradiciones patrias; Wilder, Eisenstein, Murnau, Griffith, Brown, Hitchcock... citados y a veces hasta subrayados (Sunset Boulevard)... y el deswcarnado final, nada gratuíto. Una experiencia fílmica precisa y fría. No siento emoción por estos personajes, ni me mueve la increíble mirada de Blancanieves, ni me aterra la calculada sobreactuación de la magnífica Verdú, ni la precisión emocional de un espléndido Pere Ponce... hay seguramente una pregunta a hacerse: Tiene algún sentido una película así ahora y aquí? O, al menos, si lo tiene, no es menor que el de Murnau, Griffith, Sjostrom, Von Stroheim, Lang, Wiene, Eisenstein, Pudovkin, Dreyer, Pabst, Flaherty, o Segundo de Chomón, da igual, también ahora y también aquí... Y nada tienen que ver unos y otros. La pregunta es pertinente, no por joder la marrana. Es una buena película. Sólo me cuesta entender las motivaciones y la verdadera importancia de explicar esta historia en este formato... no me parece ni evidente ni claro. Por cierto, mejor película para mí española del año, para mí, la terrible y desesperanzadísima Diamond Flash.
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